Estos chiquillos siempre
recordándonos a los ausentes, buscadores de disculpas refugiadas en
cabezas de turco para camuflar su pasmosa inutilidad. Estos
chiquillos se envalentonan por fascículos y supuestamente serían
capaces de convertirse en proxenetas de su propia madre, avalados por
cualquier rédito electoral.
¡Anda Marianín calla y
pónte a hacer los deberes!
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