Los dos bellacos se acogen a un argumentario político indecente e indigno, que nos lleva a preguntarnos entorno a sus elucubraciones de realidades virtuales relacionadas con sus estratagemas recurrentes de engañifas.
¿En qúe mancebía se han formado políticamente éstos indeseables? “Habría dimitido hace tiempo” “ya no puedo más” pero el Albariño no me dejaba. Albariño impartiendo clases de etica y moralidad, un emigrante gallego en Madrid haciendo política infantiloide, ñoña, predicando caralladas.
Pergeñan relatos infames de bulos y acusaciones falsas contra sus rivales políticos, distorsionan la realidad, emprenden cruzadas de contorsión política admirada por mamelucos y palmeros pertenecientes al clan del facherío.
Fachascal erudito en mamandurrias vinculadas con variopintos txiringuitos vomita proclamas que conducen a instaurar una sociedad retrograda, fachascal anhela los tiempos del dictador, nutre un discurso de no condena al franquismo ni el fascismo. Digamos que se trata de difamadores colegiados con la capacidad cognitiva descacharrada.
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