Existen periódicos
proclives en una determinada ideología política y lo demuestran
cada vez que entran en rotativa. Al menos no se esconden, todos
sabemos quienes son. Junto a estos subsiste una calaña de junta
letras que se afanan en mostrarnos nuestro jodido día a día de un
modo onírico, de tratar de inculcarnos que las políticas de
derechas son progresistas y favorecen a las clases asalariadas. Mucha
de esta prensa hace tiempo que dejó de dar noticias e informar, han
apostado por convertirse en pasquines dirigidos de manera clientelar
por prestidigitadores de la la realidad, enfocados hacia un lector
deseoso de ocupar su tiempo de ocio leyendo fábulas y cuentos.
Sesgar a conveniencia las noticias no requiere de una cátedra ni de
mucho oficio, sólo de grandes dosis carentes de escrúpulos y una
licencia del soft de Photoshop. Para mi, al nivel en que se encuentra
hoy la prensa escrita, el mejor periódico es aquel envoltorio que no
deja pasar el graso del torrezno con mortadela. Todos llevamos un
Marmuenda dentro capaz de elucubrar con los sucesos, tergiversándolos
tendenciosamente hasta convertirlos en planfleto para papanatas
fanáticos.
Ahí va mi aporte.
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