sábado, 31 de enero de 2015

Carroñeros en campaña electoral


Nos arrebataron derechos, perdimos el empleo, la vivienda, la empresa, nos dejaron sin cobertura de desempleo, han conspirado contra la atención sanitaria, han minimizado la protección social, impusierón su módelo educativo, reprimieron libertades....

Se reprocha a algunos partidos de nuevo cuño por ofrecer esperanzas, se les señala con el dedo acusador porque ahora moderan sus propuestas, les exaspera, como si ello constituyera un delito, sin embargo, no existe ningún partido en el camelo europeo que no haya cambiado su discurso en algún momento, incluso los hay que han cambiado sus compromisos ejerciendo tareas de gobierno.

Con elecciones a la vista los políticos tratarán de embelesarnos o aturdirnos con los mismos canticos de sirena de siempre pero con nuevas artimañas, sin rubor se afanarán en trifulcas para desacreditar al contrario. Durante el período preelectoral nos van a atosigar con barrabasadas para crédulos. Están tan alelados en su visión irreal que no perciben que la sociedad ha cambiado. Políticos con el tufo resabiado temen no salir reelegidos, quedarse sin empleo y tener que enfrentarse al mundo inhospito que ellos sin nuestro consentimiento han enmarañado.

Medios de comunicación comparten ideologicamente abrevadero, se encargan de emprender la labor de zapa disuasoria manipulando la opinión del votante.
Telepredicadores de pacotilla en jormadas preelectorales realizando peonadas de discurso alarmista.
Con fanfarria y alaracas la camarilla del bipartidismo se autoproclaman defensores del progreso y la salvación, denigran al rival acusándolo mediante premoniciones de conducirnos al holocausto económico. El inversor huirá, el capital se fugará, el empresario emigrará....desplegaran todas sus estrategias para aterrorizar al votante. El establishment nos arrojará las hordas de jinetes del apocalípsis para tratar de reconquistar nuestro pensamiento libertino.

Aquellos que hoy se muestran orgullosos de habernos traido hasta el actual desastre intentarán infundir el miedo, miedo al cambio ideologíco, temor a que vengan otros y creen leyes diferentes para establecer una sociedad donde los ciudadanos cuenten, y se sientan atendidos en sus necesidades básicas. Pero ellos, los que se esfuerzan en asustarnos, también tienen miedo. Miedo de que todos aquellos a quienes intentan amedrentar pierdan el miedo. Millones de desempleados, miles de desahuiciados, afectados por sus politicas injustas poseen el arma más temida por los políticos, el poder soberano del voto.

El político torpe, el empadronado en babia, hará lo indecible para continuar teniendo un sueldo, aunque para ello tenga que ofrecer en campaña electoral a sus empleadores amenazas y apologia del miedo. El ciudadano al votar se transforma durante un instante en empresario, con ese simple gesto otorga contratos de cuatro años y privilegios asociados a la variopinta casta que concurre a parlamento y senado. El sueldo medio de un parlamentario es de 60.000 euros y deciden ponerselo ellos. Cualquier trabajador para tener derecho a una pensión tiene que cotizar 35 años, a los diputados les basta con 7 años (2 legislaturas) ¿y fruncen el ceño porque les llaman casta? Sin duda podemos, y debemos aprovechar las oportunidades.

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