Nos
arrebataron derechos, perdimos el empleo, la vivienda, la empresa,
nos dejaron sin cobertura de desempleo, han conspirado contra la
atención sanitaria, han minimizado la protección social, impusierón
su módelo educativo, reprimieron libertades....
Se
reprocha a algunos partidos de nuevo cuño por ofrecer esperanzas, se
les señala con el dedo acusador porque ahora moderan sus
propuestas, les exaspera, como si ello constituyera un delito, sin
embargo, no existe ningún partido en el camelo europeo que no haya
cambiado su discurso en algún momento, incluso los hay que han
cambiado sus compromisos ejerciendo tareas de gobierno.
Con
elecciones a la vista los políticos tratarán de embelesarnos o
aturdirnos con los mismos canticos de sirena de siempre pero con
nuevas artimañas, sin rubor se afanarán en trifulcas para
desacreditar al contrario. Durante el período preelectoral nos van a
atosigar con barrabasadas para crédulos. Están tan alelados en su
visión irreal que no perciben que la sociedad ha cambiado. Políticos
con el tufo resabiado temen no salir reelegidos, quedarse sin empleo
y tener que enfrentarse al mundo inhospito que ellos sin nuestro
consentimiento han enmarañado.
Medios
de comunicación comparten ideologicamente abrevadero, se encargan de
emprender la labor de zapa disuasoria manipulando la opinión del
votante.
Telepredicadores
de pacotilla en jormadas preelectorales realizando peonadas de
discurso alarmista.
Con
fanfarria y alaracas la camarilla del bipartidismo se autoproclaman
defensores del progreso y la salvación, denigran al rival acusándolo
mediante premoniciones de conducirnos al holocausto económico. El
inversor huirá, el capital se fugará, el empresario
emigrará....desplegaran todas sus estrategias para aterrorizar al
votante. El establishment
nos arrojará las hordas de jinetes del apocalípsis para tratar de
reconquistar nuestro pensamiento libertino.
Aquellos
que hoy se muestran orgullosos de habernos traido hasta el actual
desastre intentarán infundir el miedo, miedo al cambio ideologíco,
temor a que vengan otros y creen leyes diferentes para establecer una
sociedad donde los ciudadanos cuenten, y se sientan atendidos en sus
necesidades básicas. Pero ellos, los que se esfuerzan en asustarnos,
también tienen miedo. Miedo de que todos aquellos a quienes intentan
amedrentar pierdan el miedo. Millones de desempleados, miles de
desahuiciados, afectados por sus politicas injustas poseen el arma
más temida por los políticos, el poder soberano del voto.
El
político torpe, el empadronado en babia, hará lo indecible para
continuar teniendo un sueldo, aunque para ello tenga que ofrecer en
campaña electoral a sus empleadores amenazas y apologia del miedo.
El ciudadano al votar se transforma durante un instante en
empresario, con ese simple gesto otorga contratos de cuatro años y
privilegios asociados a la variopinta casta que concurre a parlamento
y senado. El sueldo medio de un parlamentario es de 60.000 euros y
deciden ponerselo ellos. Cualquier trabajador para tener derecho a
una pensión tiene que cotizar 35 años, a los diputados les basta
con 7 años (2 legislaturas) ¿y fruncen el ceño porque les llaman
casta? Sin duda podemos, y debemos aprovechar las oportunidades.
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